Ideas sobre agenda verde: sustentabilidad y medio ambiente

Se publican algunas reflexiones en torno a nuestro programa de radio del día de hoy por Radio Provincia AM1270, para los oyentes y para los que visitan RobertoReale.net. Una agenda es una herramienta que nos ayuda a organizarnos para alcanzar nuestra visión. Es como un compañero de ruta que nos va recordando: “esto es lo que debemos a hacer”.

Gracias a nuestra agenda visualizamos nuestro itinerario cotidiano así como nuestro derrotero próximo o lejano. Es frente a nuestra agenda que podemos reflexionar mejor sobre las metas que nos hemos fijado y pensar sobre las que podemos proponernos a futuro. Gracias a nuestra agenda nos ordenamos, nos fijamos prioridades.

Así como las agendas pueden ser de gran utilidad para las personas, así también pueden serlo para las organizaciones, tanto públicas como privadas. En realidad podríamos decir que, en el caso de las organizaciones no sólo son útiles sino que son indispensables. Las organizaciones involucran metas que superan a las de los individuos que las integran, con lo cual, hay todo un trabajo de coordinación entre metas colectivas e individuales que no sería muy complicado de ser llevado adelante sin la ayuda de una agenda.

Esto que es cierto para las organizaciones privadas lo es más aún cuando pensamos en las administraciones públicas. En las organizaciones que tienen por propósito cumplir con asuntos de Estado, desarrollar políticas y concretar objetivos vinculados al bienestar general de toda la población. Podríamos decir: no hay gobierno sin agenda, afirmación que guarda un doble sentido. Todo gobierno tiene una agenda y, sin agenda, la alternativa es el desgobierno.

En sí misma, la idea de agenda conlleva otra, cual es la idea de lo sustentable. De hecho, al favorecer el proceso de organización entre metas y recursos, con el agregado de actividades a desarrollar con el objeto de cumplir las primeras y aplicar los segundos, toda agenda bien llevada ‘piensa’ y ‘es pensada’ en términos de mediano y largo plazo.

Esa es la idea base de lo que hemos intitulado “agenda verde”: una agenda que incorpore no sólo una visión de futuro sino una proyección de cómo alcanzar ese futuro que visualizamos y una idea de si lo que estamos haciendo hoy resulta acorde y compatible con el escenario deseado para los años venideros preservando la riqueza de la naturaleza y la diversidad de las culturas.

Contrario al dicho popular “lo veo verde”, expresión con la que solemos referirnos a aquello que está en proceso de maduración, una ‘agenda verde’ es la agenda más madura que hay porque pertenece a personas o a organizaciones que no se limitan al día a día, sino que son conscientes de que lo que se hace (o no se hace) hoy, tiene consecuencias en el tiempo venidero.

Todos debiéramos tener una agenda verde. No hace falta ser gobierno, ni ambientalista para ser ‘verde’, pensar ‘verde’ y actuar ‘verde’. Sólo hace falta estar comprometido con el futuro. He aprendido que, como decía Popper, es necesario reflexionar más sobre nuestros errores que sobre nuestros aciertos.

La visión actual sobre “lo verde” ha cambiado mucho en los últimos años. Inicialmente asociada a cuestiones reconocidas como “importantes” desde lo “ético” pero relativamente “lejanas” y por tanto “no urgentes”, hoy configuran el centro de las disquisiciones políticas en materia de seguridad nacional para muchos países. Tal es así que, a la larga lista de sustantivos calificados por la voz “sustentable”, se ha sumado ahora el de “paz”. Voces como la de Jurgen Scheffran están resaltando la trascendencia de tener en cuenta los desafíos ambientales a la hora de prevenir los riesgos y manejar los daños derivados del cambio climático y de la merma en la disponibilidad de recursos naturales.

Scheffran llega a señalar que estos fenómenos pueden llegar a afectar la capacidad de los gobiernos de satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, incrementar lo que él denomina “fragilidad de los Estados”, generar mayor inestabilidad y provocar un “efecto derrame” sobre los gobiernos de otros países.

Para evitar este escenario, Scheffran propone un esquema de gobernanza global basado en la cooperación internacional para enfrentar los desafíos y generar las condiciones necesarias para una “paz sustentable”.

Observamos: lo “verde” no sólo ha trepado en el ranking de los temas que preocupan y ocupan a los gobiernos. Ni siquiera es acertado decir que ya se encuentra en el top ten de temas en la agenda.

Lo “verde”, lo “sustentable” es hoy más que un tema. Es como una visión que atraviesa todos los temas centrales para el futuro de los países. Tomemos nota.