Cuando escuche en Finlandia (en esta foto tengo hasta pose de ingeniero, soy el que no tiene cara de finlandés) la exposición magistral de Yair Sharan en 2010 muchas cosas parecían ciencia ficción. Una de ellas, era el rol de la robótica. Este profesor israelí nos contó proyectos como Symbrion (Symbiotic Evolutionary Robot Organisms) un proyecto europeo de robótica de enjambre derivado de iSwarm y otros asuntos que a la mayoría de los lectores le erizarían la piel del miedo (puede ser que a algunos hasta se le contenga un poco la respiración) o le fruncirían la nariz de descreimiento.
Sin embargo, ahora está de moda la robótica. El diario New York Times, el 14 de diciembre de 2013, y algunos medios de Argentina, informaron sobre la compra de la compañía dedicada a construir robots de avanzada, Boston Dinamycs, que realizó la empresa Google. Entonces podemos hablar del tema.
Justo refiriéndonos a asuntos asombrosos leía que un chico de nueva años llego a la cima del Aconcagua (obviamente con ayuda, si no lo hiciste te lo recomiendo o podés intentar el hueco de Sierra de la Ventana) y pensé que un LS3 de Boston Dinamycs lo podría acompañar hasta la Plaza de Mulas, que es el campamento base desde donde se empieza el real ascenso. Un LS3 es un robot similar a un caballo o algo parecido, porque realmente es algo parecido, que puede transportar cargar por pendientes de manera inteligente.
En algún lado de mi mente quedo la canción de una publicidad «yo te invento en un momento un robot caminador, que haga todo lo que quieras y que nunca diga no” y los dibujos animados de Robotech. La palabra Robot tiene su origen en un término checo que se refiere al trabajo forzado. Hoy los robots hacen más cosas que caminar, hay robots que limpian pisos como los iRobots (el slogan es «deja que un robot haga el trabajo sucio»), que limpian piletas, que vigilan, que cortan el pasto. Hay robots que operan, ¿consentiría que un robot lo opere?. Pensemos, si el brazo robótico comete mala praxis, ¿quién sería el responsable?. Opciones: el que fabricó el robot, el dueño del quirófano, el médico que está dirigiendo parte de la operación a distancia, todos…
Ponía Chejov (no es que me haga el intelectual, lo leí en serio porque me gustan los cuentos) en boca del horticultor Yegor Semionovich que en su oficio el peor enemigo, no es ni la liebre, ni el abejorro, ni la helada, sino la mano ajena. ¿Qué opinaría Yegor de los robots aplicados a la agroindustria?, por ejemplo un sistema realizado con Arduino que riega las macetas utilizando sensores que detectan cuando pierden humedad (si no lo pensaste es la forma en que podés salvar las macetas de tu balcón).
Tuve el gusto de entrevistar a Sofia y Fernando (te recomiendo mirar la entrevista, ver mis dotes de conductor televisivo y de yapa los robots en acción), expertos del Laboratorio de Investigación en Nuevas Tecnologías Informáticas (LINTI) de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata que preside Javier Díaz, ellos me presentaron dos N6. Este robot está diseñado para para acciones educativas (entre otras cosas me bailaron una chacarera). Fernando me dijo que una de las características de los robots era que tenían cierta autonomía y como recurso tecnológico servían para ganar tiempo para hacer otras cosas.
Quiero impulsar que se enseñe robótica en los colegios secundarios, que los chicos puedan programar robots, en Python, en lo que sea. Las empresas deberían colaborar acercando harwdware. Los jóvenes deberían experimentar con módulos como Arduino o Raspberry Pi (yo lo estoy haciendo sin éxito alguno). Espero que algún día en la Escuela de Educación Técnica N° 3 con orientación en Informática de Lanús, aparte de enseñar programación, un día enseñen robótica. Los vamos a apoyar.
En Turku hay alguien pensando el porvenir, en La Plata y en Lanús también. Son jóvenes como Fernando y Sofia (Javier Diaz excluído por clasificación etaria) con pasión por crear. Para diseñar nuestro futuro, aparte de trabajar sobre las tecnologías de la información y la comunicación, la nanotecnología y la biotecnología, tenemos que sumar la robótica. Sin fantasía (bueno con un poco de imaginación), sin miedo, en las escuelas.
<Los que quieran colaborar bienvenidos (aunque no entiendan como funciona su teléfono celular), espero socios en esta iniciativa, escribir a editor@robertoreale.net. También se pueden sugerir comentarios a esta publicación en estado beta>